Desde entonces el refugio logra sostenerse gracias al constante y dedicado trabajo de Claudia Sanchez, quien ofrece no solo su tiempo, también su gran corazón repartido a casi 100 animales que ahora la fundación tiene bajo su cuidado y gracias también a los jóvenes voluntarios que van y realizan tareas rutinarias como: limpiar, dar de comer a los cachorros llenar los tanques de agua etc.
Esta fundación pacientemente aguarda por la libre voluntad de las personas obsequios o donaciones como alimentos, medicamentos, esterilizaciones entre otros elementos que son necesarios para el cuidado y mantenimiento de refugio.